La paz romana (en latín, pax romana), constituye un largo periodo de paz impuesto por el Imperio Romano a los pueblos por él sometidos. La expresión proviene del hecho de que la administración y el sistema legal romanos pacificaron las regiones que anteriormente habían sufrido disputas entre jefes, tribus, reyes o ciudades rivales (por ejemplo, los interminables conflictos entre ciudades griegas o tribus galas).
El estado de paz se refería sólo al interior de las fronteras del imperio, mientras que se siguió combatiendo a los pueblos de la periferia (germanos, partos, etc.). Fue un periodo de relativa calma, durante el cual no hubo que hacer frente ni a guerras civiles del calibre de las del siglo I adC ni a grandes conflictos con potencias extranjeras, como en las Guerras Púnicas (siglos III y II adC).
César Augusto cerró las puertas del templo de Jano, que permanecían abiertas en periodos de guerra, cuando creyó haber vencido a cántabros y astures en el año 24 adC. Realmente esta guerra se prolongaría hasta el 19 adC, pero se suele aceptar como fecha de inicio de la paz romana el 29 adC, cuando Augusto declara el fin de las guerras civiles, y su duración hasta la muerte de Marco Aurelio (año 180).
¿Cuando comienza la Edad media?
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