Cayo Julio César nació el 13 de julio del año 100 a.C. en pleno barrio de Subura, un barrio pobre y de mala reputación (los barrios pobres nunca tienen buena reputación...). Su linaje, el linaje de la gens Julia era el más puro de toda Roma, remontándose sus antepasados nada menos que a Venus y Eneas (por remontarse que no quede), pero las posibilidades económicas de su familia no estaban, ni mucho menos a la altura de su árbol genealógico. Los Julios nunca habían sido una gens rica, y ahora mucho menos, por lo que el joven matrimonio formado por Cayo Julio César (padre) y Aurelia vivía en el humilde Subura. No era aquel Cayo Julio César (padre) un personaje de los que destacasen demasiado. Sabemos que fue un correcto militar que combatió con valor como tribuno a las órdenes de su cuñado, el gran Cayo Mario, contra los cimbrios y teutones en Aquae Sextiae y Vercellae en 101 aC. Meses después de la gran victoria en la que él había tomado parte, nació su hijo a quien llamó también Cayo Julio César. La aspiración del padre, como la de cualquier otro romano, era subir uno a uno los peldaños del cursus honorum para llegar a ser cónsul. En aquellos años de infancia el joven César creció en el Subura, rodeado por todo un pequeño universo de gentes de todos los rincones del Mundo, lo que fue muy importante a la hora de desenvolverse. Sabemos que su padre contrató a un pedagogo galo, Marco Antonio Grifón, ya que los pedagogos griegos, que eran los que estaban de moda, eran demasiado caros para la economía familiar. Aquel galo enseñó a César las primeras letras latinas y algo que entonces ni sospechaba el pequeño César lo útil que le sería: Grifón le enseñó a hablar la lengua celta de los galos.
¿Cuando comienza la Edad media?
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