El Senado

Lo integraban 300 miembros vitalicios, lo que daba a esta institución una estabilidad que no tenía el resto de las que formaban el estado romano. Las funciones del Senado eran muy amplias: se ocupaba de los asuntos militares, la política exterior, las cuestiones económicas y el culto público.
Su lugar de reunión era un edificio ubicado en el foro romano llamado Curia Hostilia, que siempre mantenía las puertas abiertas. El Senado era el verdadero sueño del poder en la República Romana. Sus decisiones se llamaban "senado consultos" y eran respetadas como leyes. Para integrar el Senado se debía cumplir con ciertos requisitos de condición social y económica (ser patricio) y política (haber ocupado alguna magistratura).